El Cuento de la Niña Sofía.


Érase que se era
una niña Sofía octubrera.
Nació el día diecisiete
rauda como un cohete.

Sofía era un proyecto divino
allá en lo alto del Universo
( lo subrayo con este verso);
es por eso que ella a nuestra casa vino,
aun cuando sus papás no lo sospechaban siquiera
que tendrían a Sofía, que no es una niña cualquiera.

Nació con la misión de consolar
a toda la familia de su mamita
que tristes quedaron, sin poderlo remediar,
con la muerte del abuelo Serafín ¡Cuánta penita!
Pero ahora, desde el cielo, les protege Serafín
cual angélico querubín
liberada su alma, al fin.
Desde otra dimensión el abuelo Serafín
nos quiere un sinfffffíííííínnnnnnn.

Sofía les trasmite, a su modo inocente,
que la vida y la muerte son igual de imponentes,
como la cara y la cruz de una moneda.
La Vida siempre se renueva.
Cuando el cuerpo se rompe cual gastada túnica
el cosmos selecciona otra Vida única.
Es como dar en la carrera el testigo de relevo
¡¡UUUUUffffffff! Cómo me elevo.
Llega a su cunita, aún bebé,su nieta Sofía, otro ser
que ¡Ojo! ¡Todo lo que tiene por hacer…!


Decimos con lágrimas adiós a un ser muy querido
y saludamos a un nuevo ser, como niño, divertido.


Sofía vino al mundo con un proyecto
muy, muy especial,Pluscuamoperfecto.
Por eso, en los planes universales,
de entre todos los nombres- que hay a raudales-
sus papás Javi y Maribel eligieron Sofía
porque ella encarna la sabiduría.
Sofía, Sofía,
es linda algarabía,
su voz –y hasta su llanto-
son bella canción
que guardo en mi manto.

Sofía sonríe como los ángeles-el corazón me late-
y sus sabrosos besos y abrazos
nos saben a pastel de chocolate.
¡¡¡Uhhmmmm¡¡¡¡Qué ricos!!!!¡Molan mazo!


Sus abuelos paternos Mari y Ezequiel
gozan en verano con ella y su sonrisa de miel.
En su pueblín de Salamanca
Sofía en verano salta, brinca y canta
se asoma, pizpireta, hasta a las barrancas
y corretea sin miedo detrás de las salamandras.
El pueblo se llama Guadramiro
y Sofía allí aprende, cual búho, todo,
con la técnica de observación, a su modo:
-Miro, miro y remiro y nada tiro.
Sofía no deja rincón sin explorar
y con su memoria de elefante,
que no hay quien pueda superar,
por el mundo juega y goza y va tan campante.
Hace amigos sin parar con su energía radiante.

Casi queda deshojada su abuela Margarita,
como la flor de su nombre, tan bonita;
Sofía la toca la nariz con la flor campestre
y siempre la sale, cuando la deshoja a lo silvestre,
a la clásica pregunta de : ¿Me quieres…?
Un sí rotundo sin alfileres
que a abuela Margarita
nunca la irrita.

Sofía la canta:
Querida abuela,
eres bella damisela
y luces como una vela.
Y ella, con sus gracias, se acaramela.


Sus papás Maribel y Javier
la querrán cada día,
como hoy y como ayer
y como antes de nacer.
¡Palabra de tía a toda porfía!
La querrán a Sofía por su boca de sandía,
por sus bellas melodías,
por su simpatía
y sus zalamerías
y por su contagiosa alegría.


Labios rojos
¡Qué esplendor!
¡Cómo refrescan
con su intenso color!
Sofía, cuando crezca, rauda y veloz,
aprenderá hasta italiano
con su madrina Estrella
que la eleva con su amor hacia ella;
su protección no es en vano.
Y hasta latín querrá saber la bella doncella
para lanzarnos un aforismo feroz:
“Non sine quandida ad hoc”.

Pero sincera y profunda,
Sofía nunca hilará sofismas
pues lo bueno abunda
y su claridad es alto prisma
que no nos romperá la crisma.

Sus padrinos Estrella y Javier
con ella mucho tiene que aprender.
Como ella, van aprendiendo a superar sus defectos
y ahora no temen ni al más mínimo desperfecto.
Ensayan enfrentarse a sus miedos

y, además, la regalan pintura de dedos:
De dos, de tres, de cuatro y de cinco;
uso todos los colores, cuando pinto:
rojo, blanco, ,verde y negro
marrón, amarillo, por igual los integro.


Sofía no es llorona,
y si se cae al suelo,
del reino de “Valentía”
se pone su corona
sin mostrar ningún duelo.
Se yergue como un junco
al que inclinaba el viento.
-No pasa nada.-dice- No te rías de mí.
Se pone toda digna cual princesa de Pitiminí.

Sofía es muy coqueta.
¡Hasta cuatro modelitos lleva en su maleta!
Es por su mamá, que la mima,
y yo lo declaro con esta fácil rima.
Pero es más sabrosa que las croquetas
y responde, inteligente, a nuestras cuchufletas.

Para la cámara la encanta posar,
cual delicada mariposa, no la importa esperar.
Mantiene el gesto casi sin respirar.
Su record lo alcanzó un famoso día
en que hasta con fiebre de cuarenta
posó y posó para la foto ¡Claro! entre caramelos de menta.

En el cole, la comida del comedor detesta
y cuando algo no le gusta¡¡Vaya cómo protesta!
porque echa de menos las manzanas de su cesta.
Va al colegio de las Esclavas
y aprende de todo, hasta jugar a las tabas.
Allí ha conocido a su amiga Raquel,
niña simpática que tiene su aquel;
es risueña y lista cual un cascabel.

Pero la clase que más le gusta
es la de natación,
ni bucear le asusta.
El agua la encanta,
bañarse no la espanta.
Admira a Supermán.
¿De quién será fans?


Pues de …SUPERMÁN.
Se recorre la piscina en un pispás
y a todos nos deja atrás, muy atrás.

En el mar le gusta saltar las olas,
ya sea acompañada o sola.
-¡A coger olas!- pone su culete
y se lo pasa de rechupete.
Pasea por la orilla
y las olas la hacen muchas cosquillas.


¡Hace tantas amigas en la playa…!
¡Y vaya donde vaya!
Porque también en La Sagrada
amigos tiene…¡Una burrada!
Con Kerli, Alejandro, Pablo y Alicia
organizan a menudo con sus bicis cada picia…
que la abuela Margarita teme ir al parque
lleno de bicis, cual de Normandía el desembarque.

¡Qué geniecillo fuerte se gasta esta Sofía niña!
No la pueden echar la reprimenda
ni Dº Mendo ni la menda.
Pero cuando no la veo ¡Me entra una morriña!

Sofía y sus ocurrencias
hacen reir a toda la audiencia.

Sofía, cariñosa.
Sofía, dadivosa.
Sofía, piel de rosa.
¡Te quiero tanto a ti!
que no me movería nunca de aquí.

En mi corazón, tu hogar.
En tu corazón, mi lar.
Sofía , mi niña, mi tesoro,
duerme, tranquila, escucha este coro.
Duerme feliz con tu muñeco de trapo
que no dejará entrar a ningún gusarapo.
Loli, tu muñeco,
te acariciará con sus flecos
Duerme, Sofía, que yo para ti
inventé este cuento.
Este cuento-canto sólo, sólo para ti.
Cuento, cuento, cuento
y así… hasta ciento.

Su autora, Ana de Hita
a dormir te invita.
Es mucha la emoción…
descansa, serena, en tu almohadón.

---SSSSSSSSSSHHHHHHUUUUUSSSS,
A RORRO,A RORRO.



Autora: Ana de Hita.

EL DESORDEN DE MI NOMBRE

(EN HOMENAJE A LA NOVELA HOMÓNIMA DE JUAN JOSÉ MILLÁS).

Mi nombre en orden.
Ana rigurosa:
vocal + consonante + vocal.
Orden suave, ligero;
una vocal abierta,
una consonante nasal
y la misma,. de nuevo,
vocal abierta
conforman Ana.

Ana
delicuescente, suave,
se evapora
nada más nombrarla.

Pero sigue ahí,
está ahí,
no se disuelve.

Se desintegra
y se integra.
Ana. Ahhfnaaaaaa.

Ana. La inhalas.
Te inhalas.
Te interiorizas.
Te expulsas
en una ligera espiración.

Ana se desordena
así: NaA, nAa,
Aan, aAn.

La nada, la ausencia
mayúscula.
Del macrocosmos
al microcosmos.
Del aire a la Tierra.
De lo abierto a lo cerrado,
de lo exterior al interior.
De lo cerrado, hermético
y críptico,
a lo abierto, a lo Otro.
Del tobogán al árbol.
De lo alto a lo bajo.

Un: -Hágase,
compóngase de nuevo
con energía, con impulso
y coraje.

Del desorden
se vuelve a un nuevo
orden.
Tesis-antítesis
y síntesis conciliadora.

Ana, aAn, NAa, naA
Aan.

Hay Ana.
Existe Ana.
Una nueve Ana.
Ana en sí misma.
Ana ahí, aquí, cercana.
En sí, en vosotros, en ellos,
en ella, en Todo
y por todo.

Luce Ana,
nueva Ana.
Bella Ana.
Ana de la armonía.
Ana del Otoño.

Ana que va a por Isabel,
a la que le sigue Isabel.

A saber, Isabel. Sabed.
Sepamos. Sabemos.

El desorden de nuestro nombre

¿Y el desorden de tu nombre?
¿Volverás junto a él?
¿Por él y en él, alguna vez?

Sonrisa triste.

Ana de Hita.

sábado 22 octubre. 1994.
Escrito en Toledo, calle Santo Tomé, 6, entrada accesoria.