Funeral de Lupi.


Él probablemente no lo sabía, al menos, desde su lado racional porque ahora nos damos cuenta que él, su ser esencial, sí intuía que había un derecho divino que nos uniría a todos los seres que le amamos más allá de las limitaciones que su personalidad le imponía .
Sus “cadaunadas”( adjetivo muy de su gusto, entresacado de la frase: “Cada uno es cada uno y tiene sus cadaunadas”) preservaban cada parcela de su inmenso y poderoso corazón, ordenado y metódico-aparentemente- como su compartimentado cerebro.


Y como por milagro este ingente número de almas que amamos a Lupi, ( motejado así por algunos de sus amigos tenistas más allegados-Antonio para sus familiares y compañeros de trabajo, “Lu” para Mª Antonia ( el amor siempre busca crear, innovar, bautizar de nuevo) pudimos, al fin, conocernos, reconocernos entre nosotros tras las sutiles intentonas de poner rostro y figura a los otros seres que rodeaban y amaban al gran hombre, el trabajador infatigable, el guerrero indestructible, el jugador ingenioso , al honesto amigo, al leal familiar y el irreprochable profesional.

Nos hemos preguntado unas cuantas veces si no estaremos fastidiando a nuestro Lupi en nuestro afán de compartir pero- tras una deliberación larga y profunda con mi discernimiento- las cuitas y preocupaciones se diluyen pues sabemos que trascendido su cuerpo, su alma vuela libre, cual lobo solitario e independiente por las eternas estepas del Universo y a su alma se la refanfinfla nuestras minucias, nuestras querencias, nuestros apegos, nuestras visiones limitadas e imperfectas de los sucesos y las cosas en general.

La muerte de Lupi nos ha colocado a todos en el disparadero privilegiado de exponer quién era y qué significaba para cada uno de nosotros esta persona y cómo percibíamos también cada uno de nosotros su sentir, su obrar, su ser, coincidiendo todos en subrayar su genuina generosidad.
Hemos creado entre todos un infinito calidoscopio de facetas lulianas ( permítasenos, por favor, la creación del adjetivo derivado del cariñoso apelativo Lupi.)

Lupi nos amaba a todos, pese a distanciarnos tanto unos grupos de otros por su temor al “totum revolutum”- como él lo describía- para defender su criterio de “compartimentos estancos, separados y bien definidos”con los que organizar su vida y su corazoncito, no por ello menos romántico.
Lo consiguió en vida y ahora- enigmas insondables de la guasona Vida- su muerte nos ha reunido a todos los que profundamente le amamos con sumo respeto y admiración.

Y creemos que este amor vivo que nos hace brillar a todos llorándole en su muerte física, ha gestado este templo místico de interrelaciones misteriosas que nos brinda la clave para gozar de las paradojas de la existencia.

Incluso la cuidad de Madrid, tu ciudad tan querida, lloró tu muerte la tarde del 19.
Pudimos percibir y alentarnos con la música natural de esa lluvia fuerte y enérgica, cual resquicio lupero, lupístico, lupiniano, pues en apertura espiritual sentíamos que Lupi volaba libre por el cielo, explotando a las nubes para que purificaran, con sus espesas gotas de lluvia, esta magnífica ciudad de Madrid que “enhechizaba” su afán de desentrañar todas sus leyendas, historias y anecdotario de coleccionista minucioso.

Bendito tú, Lupi.
Tus benditeros te bendicen y vienen también a tu funeral en nuestras retinas, evocadoras de tu hogar.
Y tantos y tantos recuerdos tuyos, tan nobles, tantas evocaciones de esos momentos tan especiales que sabías crear, tantos proyectos por hacer en homenaje a tu memoria.

Lupi, ya eres una estrella más protegiéndonos a todos desde este Universo que nos concierne a todos.
Tú nos quieres.
Nosotros te queremos.
Tu sonrisa, Lupi, tu sorna picarona, tu ingenuo corazón de niño eterno es bálsamo para el alma.
Amigos, con Lupi vamos a jugar.
Con sus vocablos inventados y las asociaciones que propongamos vamos a inventar un hermoso cuento, un cuento entrañable, como tú, Lupi.
¡Ale!
¡Ahí van a modo de acrósticos!

Lupi, con “L” de luchador, libre, liberal, limpio, lozano.

Lupi, con “U” de urdimbre, de unicornio misterioso.
Lupi, con “P” de paciente, primoroso y pillín.
Lupi, con ”I” de inocente e incandescente, inmenso.

Lupi, lupa de aumento
valorando y potenciando, apoyando nuestra creatividad.

Lupi, guapo y noble.
Archivero mayor del reino de los Lobateras y Gros, memoria viva de la ciudad de Madrid y de todo cuanto acaeció en tu vida, testigo fiel de tu acontecer en esta tierra e inventero superior de neologismos varios; Lupi, tú siempre reververarás entre nosotros en esta “Inververa” fértil como tú rebautizaste, para regalarnos, a este raro invierno, híbrido, junto a la primavera adelantada.
Y tantas y tantas veces que vendrás de nuevo a suscitarnos una broma, un chiste,un cuento, una jota con picardía noblota de baturro de pro…
Porque lo eres, un Lupi de la vida, que era, fue y será.

Ana de Hita Martínez

ORACIÓN A:

Antonio Lobateras Gros, hijo de Sariñena, oscense y aragonés amantísimo: Ya duerme, arropado por los suyos, acunado en el pueblo de su infancia…Y nosotros, tan solos de su presencia y tan llenos de su esencia. Amén
Mª Antonia López Valero.