Sanando entre caballos


En Salobral conocí a Sonsoles.

Al dulce son de su voz acogedora.

Son, son, son.
Son de Sonsoles.
Los soles de Marzo.
Son ,son, son,
De ella son.

Cada sonrisa abierta,
Un rayo de sol
Que se cuela desde sus labios
Y asciende, raudo,
Como entre transparentes ascensores
Al brillo claro y puro de sus ojos.

Sonsoles me habla, Sonsoles me cuenta…

Y esta noche va de cuento: de un bello cuento
Entre nubarrones grises y un tenue cielo azul.
Con ocho añitos Sonsoles llegó aquí, a Salobral,
Con firme deseo de aprender a montar
Y de los caballos de Marga prendada se quedó…
Es un sitio tan especial…

Agua salobre la vida,
A veces amarga
Y hay que dejar que salga todo ese amargor.
Drenar con lágrimas
La tristeza extraña
Que a veces nos embarga
Y abrazándola, integrándola,
Dejar que llegue la paz…
Y que reine en nuestros abiertos corazones,
Sabedores de que todo encaja,
De que todo cumple una función.
Sonsoles observa todo, la vida en derredor.
Ama los caballos, su mundo aprende a respetar,
Su espíritu sensible y nervioso, aprende cada cosa a nombrar: cruz, grupa, crines….
Les brinda cariño, comprensión, dulzura en su tranquilo cuidar.

En casa de nuestra Marga Castillo
Respiramos la fortaleza que se ha quedado impregnada en cada muro, en cada viga de esta solariega casa, punto de equilibrio mágico entre los cuatro siglos de tradición que la sostienen y las justas innovaciones tecnológicas para que el lugar despliegue todo el potencial de disfrute con el presente: vivencia, plena experiencia compartida como la mía de esta tarde mágica contigo, Sonsoles.

Y Sonsoles me habló de su hija Leyre.
Conocí a Leyre primero, en unas alegres y vitales fotos colgadas en las caballerizas, en la zona de relajo, café y pastas.

Leyre juega entre hermosos caballos,

Leyre…

Aire, airé.

Leyre al aire, al aire libre de la vida.
Sintiendo a los caballos desde la tripita de su mamita.
Leyre, risueña, brillando Leyre en la gloriosa tripa trabajadora.
Leyre retozona, reflejo del brillo
Que Sonsoles saca cepillando la tersa piel del caballo.
Leyre, atrevida, indagadora.
No es aún ni un mico
Y gatea que te gatearás,
Entre las patas de los caballos,
Se zambulle, a descuido de sus papás…
Pero ningún miedo la da.
Leyre no cumple aún dos añitos
Y con la nobleza del caballo
Aprende a confiar.
Confía en la vida.
Siente la Vida-amorosa-
Desde el vientre de su mamá.

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Mamá, un poco asustada,
Un tiempo estuvo desconcertada.
Pero ahora ella ya sabe.
Ha cerrado en firme sus miedos
¡Ya nos importan un bledo!
Ahora juntas vamos a reir
Y con la dicharachera Leyre, vamos a vivir

A VIVIR, A VIVIR.

A VIVIR…

Cuentos, a cientos
Contaremos sin cesar
Y jugando, jugando…
Nos vamos a acostar.

LEYRE.

Los ojos pardos
De los caballos
La vigilan,
La protegen
A Leyre.
Alé, alé….
A Leyre.

Entre briznas de hierba
Yo jugaré
Y creceré.

Recostada en la paja
En el columpio del cielo
Me meceré.

Aire, airé

A leré, a leré.
Con Leyre cantaré.
Fuera tensión,
tras vibrar…..

Soñar…
.soñar que entre prados
Podemos trotar
Y galopar libres….
Al viento frío de Gredos.

Seguras que lo haremos realidad.


Ana de Hita.
Martes 18 de marzo del 2008